se cuela por los diminutos espacios
entre línea y línea, entre coma y coma.
Una aureola anaranjada se asemeja a nuestras almas.
Pero no es lo mismo, tiene circunstancias odiosas
provenientes del mismo mal.
Tremendo regocijo el del poeta cuando me salvó.
Era su única pretensión.
El desfile había terminado hace cien años, aparentemente.
Igual seguíamos marchando
con banderas blancas
sin mártires.
Sin sobrevivientes.
Por Angeles Franco.
Otro descubrimiento. Este se asemeja más a mi estado de ánimo en el momento que escribí el poema,pero al mismo tiempo me gusta la representación de imágenes. Felicitaciones.
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